El deporte forma parte de la ajetreada vida de muchas personas, y conforme los deportistas mejoran sus habilidades, la calidad de la superficie de juego se vuelve cada vez más crucial. Los suelos acrílicos: la superficie perfecta para el deporte
Los suelos acrílicos son muy populares debido a sus numerosas ventajas.
Primero, ofrecen una cubierta ideal para diversos deportes como el tenis, voleibol, baloncesto, atletismo, ciclismo, patinaje, entre otros. Las resinas acrílicas que componen estos suelos son de alta tecnología, respetuosas con el medio ambiente, higiénicas y estéticamente agradables. Además, cuentan con un terreno prácticamente 100% antideslizante, lo que permite un juego dinámico y técnico. El pavimento es duradero y, en caso de que alguna zona se vea afectada, las reparaciones son fáciles de realizar. La rapidez en la aplicación es otro de sus puntos fuertes.
Terrenos de juego interiores o exteriores: el revestimiento acrílico es la solución ideal
El acrílico es adecuado tanto para campos interiores como exteriores. Un factor clave al aplicar capas de acrílico es el contenido de humedad del sustrato. Además, existen limitaciones al trabajar en exteriores, como la temperatura ambiente, que no debe bajar de 10 °C durante la aplicación. Este es un aspecto que se aplica a todos los suelos exteriores. Para crear el parque infantil perfecto, comenzamos por la base: es recomendable utilizar una base de asfalto o de hormigón resistente, nivelada lo mejor posible, con un grosor de al menos 10 cm y una pendiente del 3-6%. Además, debe estar completamente seca, por lo que debe dejarse al menos 30 días después de su colocación.
Luego viene la elección del acrílico, que detallaremos en el próximo artículo. El suelo acrílico se aplica en varias capas, utilizando resinas con cargas y colorantes según las prescripciones del fabricante y en función del uso previsto. Este proceso se realiza con herramientas manuales, sin necesidad de equipos mecanizados especializados. Finalmente, se aplica una capa de acabado para optimizar las características de la superficie. En total, el trabajo completo puede durar entre 2 y 3 días.